Respeto y comunicación asertiva, fomentan la convivencia familiar

Si bien, la familia debería brindarnos protección y cuidados

La familia, es la institución social en donde mayor seguridad debería existir.

Para una sana convivencia en el núcleo familiar es fundamental el respeto, la armonía y el manejo de una comunicación asertiva y abierta entre las parejas y sus descendientes.

El tema de la familia es muy complejo.  Si bien, la familia debería brindarnos protección y cuidados, en diferentes estudios que se ha realizado con respecto al núcleo familiar, algunas veces aparecen focos rojos en donde pareciera ser que la familia no cumple con aquello que se le ha asignado desde tiempos inmemoriales, indicó Dulce María Pérez Torres.

Un elemento importante dentro del sistema familiar es que éste nos da la connotación de estructura, y, “si recordamos la pirámide de Abraham Maslow, inicia con el tema de las necesidades fisiológicas, que tienen que ver con el sueño, el descanso, la expulsión y la retención que son cosas que todas las personas debemos tener claras en nuestro desarrollo fisiológico”, recordó la catedrática de la Facultad de Psicología de la UPAEP.

Agregó que el segundo escalón de la pirámide de Maslow, tiene que ver con la seguridad, sentirse seguros, tranquilos, libres de peligros; ahora en la actualidad podríamos pensar que la seguridad que da hoy la familia, es una seguridad de tipo subjetivo, es decir, que uno debe tener un espacio en donde se pueda albergar y desarrollar todas sus potencialidades como persona desde el plano intelectual, cognitivo, afectivo, emocional, cultural, escolar y laboral.

Por lo tanto, es importante señalar que la familia siempre tiene una estructura. Al interior de ella también hay una estructura, la relación de los padres, la relación entre los hijos y la relación de padres e hijos, y podemos decir también de que es una estructura piramidal, por lo consiguiente, es importante que durante estas relaciones afectivas, predomine la armonía, la sana convivencia, el respeto y amor entre los miembros que la constituyen, porque más adelante pueden reflejarse estos patrones por parte de los hijos al formar nuevas familias.

Pérez Torres enfatizó que ante los nuevos tiempos en la familia de siglo XXI, “hace 10 años aproximadamente, se publicó un texto en un libro editado en la Universidad de Bío Bío de Chile, en donde se hablaba de los nuevos roles y patrones de convivencia, de las nuevas estructuras de familia, y menciona que hay alrededor de 68 tipos de familia, los tuyos, los míos, los nuestros, los de aquellos, etc.”, en ese momento, ya se hablaba de los cambios que se venían gestando tiempo atrás.

Dulce María Pérez, refirió que ahora se puede hablar de la “familia de los nuevos tiempos, en donde los nuevos tiempos no solo implican el tema de la contingencia sanitaria que estamos viviendo, sino también incluye el fenómeno de la migración, el fenómeno de la entrada y salida de los padres, el fenómeno de que hoy se vive en una casa y mañana en otra, y otro tipo de convivencias”.

Ante este escenario dijo que la familia tiene mucho trabajo por hacer, sobre todo, actividades para proteger y cuidar al sistema familiar, como es el cuidado de la parte económica que mueve a todas las estructuras sociales y principalmente a las familias, por lo que es necesario tener claro esta posición.

Un segundo factor es la parte del estudio, en donde las parejas se preocupan por definir en dónde estudiarán los hijos, ya que de esto dependerá el desarrollo de la misma. Un tercer aspecto es el rol de trabajo de los padres que está en constantes cambios y que muchas veces modifican los roles del cuidado de los hijos, manifestó la investigadora social.

Asimismo, comentó que otro elemento a considerar es el aspecto productivo de la familia, hacia el exterior y al interior de la misma, agregó que tanto en la casa, como en toda institución o empresa, se requiere de la productividad de los miembros que la habitan, “quién la arregla, quién la limpia o bien, cómo se organizarán las actividades a su interior”.

Por último, viene el tema de la espiritualidad, que es la capacidad que tiene el ser humano para contemplar la belleza, para buscar la verdad y comprenderse así mismo, y que conjugan el equilibrio personal que deben tener todas las personas, expresó la académica.

Acotó que todos estos factores contribuyen al bienestar y salud de la familia, en donde cada uno de los miembros busca el cuidado de cada uno y en su conjunto, para vivir en armonía, con orden, respeto y paz.

Abundó que ante la contingencia de la COVID-19, dijo que las familias ya tienen presentes todos los cuidados y recomendaciones que se deben seguir para evitar contagios, pero quizá sea importante recordarles que, “si guardamos el orden, el orden nos guardará” de esta enfermedad.

Por consiguiente, manifestó que es importante que en la familia en estos momentos de cuarentena, cada uno de los miembros tengan asignadas tareas, actividades que les ocupen su día en casa para que se reduzcan todos aquellos pensamientos y acciones que pudieran generar algún tipo de violencia en contra de alguno de los miembros.